NUESTRA EXPERIENCIA
APLICADA A LA REHABILITACIÓN DE LOS TRASTORNOS DE LA VOZ Y LA
ARTICULACIÓN
TRATAMIENTOS CORTOS Y CONTROLADOS VS
TRATAMIENTOS ETERNOS
Según nuestra experiencia en la
clínica de la voz, tanto con patología como con disfonía funcional
o solo cansancio vocal, creemos que el tratamiento debe de tener un
comienzo y también un fin. Lo primero es sencillo y no suscita
dudas, pero lo segundo no siempre está tan claro. Y por eso
comprendo los temores de los pacientes, sobre todo de aquellos que ya
vienen con un largo historial en el campo de la reeducación vocal. Y
es que a diferencia de aquellas personas que acuden a la consulta por
clases de canto o trabajo con la voz de una manera lúdica, los que
nos visitan por una discapacidad vocal necesitan saber que el
problema tendrá un fin. Un antes y un después. Que después de
ellos asistir regularmente a sus sesiones verán un cambio de
tendencia en su habilidad vocal. En una rehabilitacíon, como dice el
Cantar de los Cantares, también hay un tiempo para cada cosa. Es de
esperar que al comienzo los primeros signos de que el trabajo va bien
es la disminución
del esfuerzo muscular al hablar. O que
aunque no haya recuperado su voz previa a la lesión, empiece a estar
algo menos ronca/áspera. Todos estos son signos objetivables y según
nuestra experiencia deben de ser medidos.
¿Cómo se hace ésta
medición?.
A las
10 sesiones de haber comenzado el tratamiento (es indistinto si han
asistido periodicamente o 1 o 2 veces por semana) nosotros volvemos
a valorar con los mismos instrumentos y el mismo material que
utilizamos en la primera consulta. Ésto permite, en la gran mayoría
de los casos, saber que el tratamiento está siendo efectivo. También
compartir, discutir con el paciente los datos de las distintas
muestras, cosa siempre bien recibida. Pero además es un hito en el
tratamiento, el paciente siente que su esfurezo y tesón tienen una
recompensa. Y sobre todo ve la luz al finaldel tunel, A partir de ahí
podemos establecer dsitintos tipos de tratamientos. Pero lo que si es
un hecho es que se cumplen estapas. Que trabajamos rigurosamente para
no agotar a nadie,. Si al evaluar el resultado no es positivo, es una
profunda llamada de atención que hay que oir. Si esto sucediera
obligaría a replantearse el tratamiento e incluso solicitar una
nueva opinión médica. Pero claro, si lo hacemos a las 10 sesiones
no habremos perdido tanto tiempo, dinero y sobre todo esfuerzo.
¿Por qué diez
sesiones?.
Después
de trabajar y rehabilitar muchas voces, el número diez ha caído por
su propio peso. Cinco o sieis sesiones se necesitan para desinflamar
algo las cuerdas vocales y reestablecer el tono muscular de toda la
musculattura adyecente que se ha alterado para compensar el déficit
vocal. Las restantes, se utilizan para asentar los cambios de
conducta adquiridos. Hacer que la voz sea más estable en ésta nueva
situación vocal.